La fuerza que reside en las parejas que se mantienen en el tiempo, se forja no a pesar de la adversidad, sino a causa de ésta: las crisis, penurias y problemas de la vida permiten que aflore lo mejor  de cada uno de ellos…

En el desarrollo de mi trabajo clínico con parejas que deciden consultar porque están atravesando dificultades en su relación, me sitúo en el desafío de acompañar a las parejas a mirar su historia, su relación, y abrir posibilidades para que puedan encontrar herramientas que les permitan hacerse cargo de sí mismos, de su relación y a partir de esto, ir tomando decisiones que favorezcan su bienestar personal y relacional.  

Para profundizar mi comprensión de las dinámicas relacionales de las parejas, y poder acompañar estos procesos de terapia, un tema que me ha interesado, es el estudio de la estabilidad en las relaciones de pareja, con la idea de conocer qué es lo que funciona en las parejas. 

Si bien la literatura acerca de matrimonios que duraron 25 años o más es relativamente escasa, entre los estudios disponibles se encuentra que un matrimonio feliz refleja la percepción  compartida de una pareja que ha logrado una especial virtud de coincidir en sus necesidades, deseos y expectativas individuales, lo cual les permite sentirse queridos, respetados y en muchas ocasiones, apasionadamente amados a lo largo de toda su vida adulta.  Resalta que el amor es la principal razón para mantenerse juntos.  

Otros elementos que aportan a la satisfacción en el matrimonio son una interacción abierta y confiada, que la relación de pareja se dé entre individuos con una personalidad equilibrada y que sean solidarios con el cónyuge.    En las parejas que han constituido matrimonios exitosos destacan la importancia del sentirse queridos y respetados por el cónyuge, saberse mutuamente seguros, confiados y cuidados; considerarse afortunados por estar juntos, al tiempo que continuar viendo al esposo o esposa como alguien especial.  Estos matrimonios consideran la frustración como algo inevitable y están ciertos que ella surgirá de todos modos, sin importar lo que se haga o deje de hacer, y si bien se trata de parejas que no niegan las diferencias individuales, están básicamente de acuerdo con el nosotros.

Las parejas que se sienten satisfechas se caracterizan por la valoración de sí mismo y por el respeto de la otra y el otro, en las que cada uno vive en libertad y otorga libertad, es decir son parejas en las cuales no existe temor, inseguridad, opresión o dependencia;  hay metas, intereses, proyectos en común, que comparten las decisiones y las responsabilidades cotidianas.  La fuerza que reside en las parejas que se mantienen en el tiempo, se forja no a pesar de la adversidad, sino a causa de ésta: las crisis, penurias y problemas de la vida permiten que aflore lo mejor  de cada uno de ellos cuando se enfrentan juntos a tales desafíos. Las parejas que se mantienen unidas no son aquellas que no tienen problemas, sino las que se enfrentan con los problemas de la vida cotidiana y aprenden a superarlos. 

La terapia de pareja puede ser un espacio donde poder ir descubriendo y fortaleciendo estos aspectos, así como una oportunidad de volver a mirarnos y volver a elegirnos.